Quizás el día en que yo comprenda,
quizás un día sin condiciones,
entienda entonces a la montaña, ay...
el río, el fuego, el viento, el hombre,
comprenda entonces a mis tristezas,
mis alegrías, mis emociones.
Tal vez el día en que yo comprenda
la flor marchita por el invierno,
el claro brillo de tu mirada, ay...
la tierra, el cielo y hasta el infierno,
comprenda entonces mis esperanzas
y mis carreras a contratiempo.
Y mientras tanto hay que bailar si se mueve,
llorar si conmueve, tentarse y fallar.
Hay que cantar si hay garganta,
y el resto dejarse llevar.
Tal vez no importe que yo comprenda,
y sin buscarlo yo pueda verlo,
sin más razones por tanta pena, ay...
sin más excusas a tanto esfuerzo,
acaso deba sin más rendirme,
tal vez no sirve perder el tiempo.
Y sólo así yo seré montaña
y flor marchita por el invierno,
seré ese brillo de tu mirada, ay....
paisaje, río y amor eterno.
Tal vez entonces un hombre sea,
y así lo vea...
Y mientras tanto hay
que bailar si se mueve,
llorar si conmueve,
tentarse y fallar.
Hay que cantar si hay garganta,
y el resto dejarse llevar.
Y mientras tanto hay
que cantar si hay garganta,
y el resto dejarse llevar.